Posteado por: buenaventuras | junio 21, 2006

Verde siempre verde

Hace unos días miré por segunda vez El lado oscuro del corazón II, y me anoté algunas frases, los que han visto esta peli (y la primera parte también) saben que algunas frases son para anotarse.
En una de las primeras escenas el barman saca una frase que iba más o menos así:

“Se recuerda con los sentidos, se recuerdan los olores, los sonidos, los sabores. Eso de que se recuerda con el corazón es una invención de los poetas callejeros”…

Hace ya varias semanas que me quedo en la oficina en la hora del almuerzo, para sacarle provecho a ese interin laboral y leer un poco; pero hoy no, hoy tocaron las 12:30 y me fui a recibir una dosis del dulce stress ese de buscar a la niña del colegio, y comerme los 8 semáforos que hay entre la Av. Omar Chavez y la Av. Bánzer, obviamente tragando la sinfonía de bocinas que caracteriza el 2do anillo a esa hora… el tráfico que es un desastre…y recoger al insecto del colegio (que es otro y en el otro lado de la ciudad) y entonces, con suerte, encontrar almuerzo en algún boliche por ahí cerca, para almorzar a toda velocidad, mientras pregunto de las tareas y cómo fue tu día y tal… Y luego comerme de vuelta otros 6 semáforos sobre el mismo anillo para dejar a los niños en casa y (si todo salió bien) escuchar el resumen de noticieros en la TV, y saber como van quedando los cuadros para los Octavos en el Mundial, 5 minutos mientras me cepillo los dientes. Ahhh, si.. un poco de pis…; y las recomendaciones, niña hacé tu tarea, no hay Discovery Kids sino hay tareas, dejo en el planchador tu uniforme de gimnasia del Club, te bañás… mientras voy por el pasillo, las orejas.. no olvides la orejas…!! Y los dientes!! / Ya mamá… Chauuuuu…
Salgo de casa, cierro la puerta y… fuuuuuuu … aspiro y expiro profundamente… A veces se necesitan esas dos horitas de andar bajo presión…

Salgo a la Avenida, paro un taxi.. y al subirme me viene esta sensación atropellada de recuerdos de mi niñez.

¿A dónde vamos?
– A la Prefectura, por favor.

Y durante todo el camino voy rumiando esos recuerdos, sumados a la nostalgia de mi abuelito que se me fue de la vida hace un par de semanas… Recuerdo entonces el olor de la mandarina de Samaipata, o de otros pueblos de la provincia Florida (quienes conocen saben que el olor de las mandarinas de esa zona es único ) y ese olor a adobe fresco en la casa… La primer borrachera en una de aquellas vacaciones de Colegio, con mi prima, y esa cosecha histórica de duraznos, y las rosas de mi abuelito, y el pan , las roscas recién horneadas de mi abuelita. Las caminatas al cerro de la Patria, el avión, la Pajcha, las calles de arena.. las aceras en las noches, la plaza, el Che Wilson (en sus buenos tiempos)… y los Carnavales, Oh! si… la banda, la alforja con choclo y quesillo que nos colgaba al cuello mi abuelita cuando salíamos con mis dos primas, ataviadas con nuestras peores ropas, cargando baldes llenos de globos a buscar nuestra trinchera carnavalera, y entonces escoger el lugar estratégico (que siempre era la puerta de la Iglesia, por motivos de seguridad…) para -desde allí- fusilar a los comparseros o a los chicos de la calle…

De ahí que me viene a la mente eso que dijo el barman en la peli… eso de los recuerdos y los sentidos, los olores, sabores… Entonces me sale algo por instinto:

– ¿Usted es de los Valles?

Mira por el retrovisor y me dice:

Si.. de Moro Moro…

– Ah bueno…- le digo sonriendo…

¿Por qué? ¿Cómo supo?

Entonces ¿cómo le explicaba yo a él que cuando entré al taxi sentí el mismo aroma a adobe fresco mezclado con horneados vallunos, harina, y el no sé qué que sentía cada que iba a comprar azúcar a la tienda de Doña Lola?

– Ná… es por el acento ( pero sí sólo me dijo ¿a dónde vamos?).. es que mi familia es de Samaipata…

Ahh!!

Un silencio de esos medio incómodos…

– Bueno y entonces va por el Sí a la Autonomía en el referéndum… no?- le dije

Pero claro.. totalmente

– Ahh muy bien!

PARA


Deja un comentario

Categorías